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Grasas saludables cuales son y cómo incluirlas en tu día a día

Grasas saludables cuales son y cómo incluirlas en tu día a día

Grasas saludables cuales son y cómo incluirlas en tu día a día

¿Qué son las grasas saludables (y por qué no deberías temerles)?

Durante años, las grasas fueron las villanas de la nutrición. ¿Quién no ha escuchado frases como “la grasa engorda” o “evita los aceites si quieres perder peso”? Afortunadamente, la ciencia ha puesto las cosas en su lugar: no todas las grasas son iguales, y algunas son fundamentales para nuestra salud física y mental.

Cuando hablamos de grasas saludables, nos referimos principalmente a los ácidos grasos insaturados (monoinsaturados y poliinsaturados), que se encuentran naturalmente en alimentos vegetales y algunos pescados. Estas grasas no solo ofrecen energía sostenible, también juegan un rol clave en la salud cardiovascular, la función cerebral, la regulación hormonal y la absorción de vitaminas liposolubles como la A, D, E y K.

En este artículo quiero ayudarte a identificar las principales fuentes de grasa saludable, cómo incluirlas en tu dieta diaria sin complicaciones y por qué dejar de temerle a este macronutriente esencial puede ser uno de los mejores cambios en tu alimentación consciente.

Tipos de grasas saludables

Antes de lanzarte a la despensa, vale la pena entender qué tipo de grasas considerar saludables y por qué:

¿Y las grasas saturadas? Aunque tradicionalmente se las ha demonizado, estudios más recientes sugieren que algunas fuentes naturales, como el aceite de coco y el cacao, pueden tener cabida en una dieta equilibrada, siempre que haya un contexto saludable general y no haya enfermedades cardiovasculares preexistentes. La clave está, como casi siempre, en la calidad y no solo en la cantidad.

Beneficios de incluir grasas saludables en tu alimentación

No exagero cuando digo que las grasas buenas pueden cambiar tu vida. Te cuento algunos beneficios concretos que he notado personalmente con mis clientes cuando empiezan a incluirlas de forma regular:

Cómo incluir grasas saludables en tu día a día (sin complicarte)

No necesitas cambiar toda tu dieta de golpe. La integración de grasas saludables puede ser muy sencilla y práctica. Aquí te doy algunas estrategias fáciles que aplico cada día:

Un consejo práctico: cuando vayas al supermercado o mercado local, busca alimentos mínimos en procesado y que contengan grasas de forma natural, en lugar de productos “bajos en grasa” pero ultra procesados.

¿Cuántas grasas saludables necesitamos realmente?

No se trata de comer grasa sin medida, sino de ajustar los porcentajes a tus necesidades individuales. Según las recomendaciones de organismos como la OMS, el 20-35% de las calorías diarias pueden provenir de grasas, priorizando las insaturadas.

En mi experiencia, para alguien con un estilo de vida activo y que sigue una nutrición vegetal bien planificada, esto puede traducirse, por ejemplo, en:

Claro, estas cantidades varían según edad, gasto energético, si estás en embarazo o lactancia, y otros factores. La clave natural aquí es escuchar a tu cuerpo, ajustar según tus sensaciones y mantener la variedad.

Grasas a evitar (ojo con esto)

Así como hay grasas buenas, también existen aquellas que es mejor minimizar o eliminar del todo. No porque la grasa en sí sea mala, sino por cómo ha sido transformada industrialmente. Me refiero a:

Una regla útil: lee los ingredientes. Si un producto tiene más de tres grasas de origen dudoso, conservantes y saborizantes artificiales, probablemente tu cuerpo no lo necesita.

Experiencia personal: lo que aprendí cambiando mi relación con las grasas

Durante mi etapa como coach en nutrición, vi muchas personas cometiendo el mismo error que yo cometí durante años: eliminar toda grasa pensando que eso mejoraría su salud. Resultado: fatiga constante, mayor ansiedad por dulces, piel seca… y la frustración del estancamiento en sus objetivos.

Cuando reintroduje grasas saludables, no solo mejoró mi energía y mi digestión, también comencé a notar efectos positivos en la concentración, el descanso y la relación con la comida. Es curioso cómo un cambio tan simple puede generar tanto impacto.

Una de mis combinaciones favoritas para cenas ligeras sigue siendo un bol con quinoa, espinacas al vapor, zanahoria rallada, aguacate y un toque de tahini con limón. Fácil, rápido y nutritivo. Y si me quieres preguntar… sí, también me doy el gusto de una onza de chocolate 85% cacao después. Porque la grasa, en su forma natural, también es placer.

Lo esencial para llevarte hoy

La próxima vez que prepares tu comida, hazte esta pregunta: ¿tiene una buena fuente de grasa saludable? Si la respuesta es no, quizá sea momento de algo tan simple como añadir una cucharada de semillas, un chorrito de aceite crudo o unas nueces bien troceadas. Tu salud te lo agradecerá a nivel celular, emocional y energético.

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