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Remolacha para que sirve y cómo integrarla en tu dieta

Remolacha para que sirve y cómo integrarla en tu dieta

Remolacha para que sirve y cómo integrarla en tu dieta

Cuando hablamos de alimentos funcionales —esos que, más allá de nutrirnos, tienen un impacto directo en nuestra salud—, la remolacha ocupa un lugar privilegiado. Roja, dulce y a menudo subestimada en la cocina cotidiana, esta raíz poderosa esconde beneficios que la ciencia ha empezado a validar con amplio respaldo. Si aún no has incorporado la remolacha (también conocida como betabel) a tu alimentación habitual, este artículo puede cambiar tu percepción.

¿Para qué sirve la remolacha exactamente?

La remolacha es mucho más que un colorante natural para ensaladas. Diversas investigaciones científicas —especialmente en el ámbito del rendimiento deportivo y la salud cardiovascular— han revelado sus propiedades impresionantes.

Vamos por partes:

¿Y qué hay del azúcar que contiene? Aunque la remolacha tiene un sabor dulzón (es natural), su índice glucémico es moderado y su carga glucémica, baja. Eso quiere decir que no dispara tu azúcar en sangre como lo haría una galleta o un refresco. Como siempre, la clave está en la cantidad y en el contexto general de tu alimentación.

Cómo integrarla (sin repetir siempre la misma ensalada)

Uno de los errores más comunes que veo en consulta —y que cometí yo mismo en mis inicios— es limitar el uso de la remolacha a las ensaladas crudas rayadas. Buena opción, sí, pero bastante limitada.

Si ya estás convencido de sus beneficios, aquí te comparto formas prácticas y sabrosas de incorporar remolacha a tu dieta sin aburrirte:

Jugos y smoothies

Empezamos por lo básico. Un jugo de remolacha, zanahoria, jengibre y manzana es una bomba revitalizante. Ideal por la mañana o antes de entrenar, especialmente si lo combinas con un poco de cúrcuma y una pizca de pimienta negra.

Un consejo personal: si no tienes extractor, la puedes cocer ligeramente, batirla con frutas y agua de coco, y colarlo con una bolsa de leche vegetal. No es lo mismo que un cold-pressed juice, pero sigue siendo potente.

Horneadas como chips naturales

Una forma excelente de sustituir snacks ultraprocesados. Solo necesitas cortarla en rodajas ultra finas (una mandolina ayuda bastante), añadir un poco de aceite de oliva virgen extra y hornear entre 25–30 minutos a 150 °C. Puedes espolvorearlas con romero, cúrcuma o incluso un toque de sal del Himalaya.

En cremas o sopas

¿Has probado una crema de remolacha con leche de coco y jengibre? No solo es reconfortante, también es bellísima a la vista. Una receta rápida: saltea cebolla y ajo en aceite de coco, añade remolacha cocida y pelada, un trozo pequeño de jengibre fresco y cubre con agua o caldo vegetal. Cocina 10 minutos, tritura y añade un chorrito de leche de coco al final.

En hamburguesas veganas

La textura terrenal de la remolacha es perfecta para imitar la jugosidad de una hamburguesa. Puedes combinarla con alubias negras, avena en hojuelas, comino y un poco de cebolla pochada. No solo aporta sabor y textura, sino también ese color tan característico que imita la carne sin mala conciencia.

En postres saludables

Sí, has leído bien. La remolacha cocida y triturada da una textura increíble a bizcochos y brownies veganos. Además, su dulzor natural permite reducir la cantidad de azúcares añadidos.

Te comparto una anécdota: la primera vez que hice un bizcocho con remolacha, nadie en casa lo notó… hasta que lo comenté. Resultado: desapareció en tres horas. 😉

En fermentados

¿Conoces el kvass? Es una bebida fermentada originaria de Europa del Este elaborada a base de remolacha, rica en probióticos y perfecta para el sistema digestivo. Requiere tiempo y paciencia, pero su impacto en la microbiota intestinal puede ser muy positivo.

Lo que debes tener en cuenta (y lo que no)

¿Hay contraindicaciones? Como todos los alimentos, la moderación y el contexto son clave. Algunas personas con tendencia a formar cálculos renales deben evitar un consumo elevado de oxalatos, y la remolacha contiene una buena cantidad. Si ese es tu caso, consulta con un profesional de salud.

También es bueno saber que —como efecto totalmente inofensivo— la orina puede adquirir un tono rojizo tras consumir remolacha. Se llama “beeturia”, y aunque puede asustar la primera vez, es completamente normal.

Por otro lado, si estás siguiendo una dieta baja en FODMAPs por problemas digestivos (como el SII), quizá debas limitar su consumo, ya que puede contener cantidades moderadas de azúcares fermentables.

¿Fresca, cocida o en polvo?

Depende de tu objetivo.

Personalmente, tengo siempre remolacha cocida al vacío ecológica en la nevera. Me salva comidas y aporta color y nutrición de manera inmediata.

Remolacha: un aliado realista en tu alimentación consciente

Incorporar remolacha a tu dieta no significa volverte dependiente del jugo rosa por las mañanas. Se trata de sumar inteligencia nutricional a tu día a día. Uno de los principios que sostienen este blog —y mi experiencia como ex coach en nutrición holística— es que los pequeños cambios generan impactos duraderos. No necesitas transformaciones radicales, sino constancia informada.

Así que, si estabas buscando un alimento que combine nutrición, versatilidad y sabor, la remolacha lo tiene todo. Y lo mejor: es económica, fácil de encontrar y se adapta a cualquier tipo de cocina, desde la más gourmet hasta el plato rápido de entre semana.

¿Aún te resistes al color fucsia en tu plato?

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